"Obama se muestra optimista sobre el final de la crisis y animaa Wall Street "
Recuerdo que cuando en noviembre de 1989 cayó el “Muro de Berlín”, uno de esos tertulianos que tanto hablan en la radio exclamó que estábamos ante un “Hito histórico” comparable al asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo o la “Caída de Constantinopla”, nada sería igual a partir de ese momento, recuerdo que este comentario me impactó, entendía que estaba siendo testigo directo de un acontecimiento que con posterioridad se reflejaría en los libros de texto y se estudiaría en los colegios de todo el mundo. Mas tarde el 11 de Septiembre de 2001, la historia volvió a escribir otro párrafo para el recuerdo, creo que aún mas evidente.
Lo que no podía pensar es que en pocos años nuevamente sería actor (mejor un extra) en un nuevo e importante capítulo de la historia, LA GRAN CRISIS FINANCIERA, no me gusta el papel que me ha tocado en el reparto, el de aterrorizado espectador, pero es el mas abundante (casi 4.500 millones de actores).
Vivir tantos momentos históricos te hace pensar… ¿Cuánto dura la historia?.
Cuando hablamos de un hecho sucedido, de un conflicto, solemos hacerlo desde el futuro del mismo, ya ha ocurrido, así pues sabemos cuando empezó y cuando terminó, como transcurrieron las cosas y las repercusiones que tuvieron sobre la historia posterior, pero debemos recordar que nadie (no creo en las pitonisas ni en los adivinos) sabía este dato en ese momento.
¿Sabía los implicados en la II Guerra Mundial cuando acabaría?, ¿Sabían los Judíos de los campos de concentración cuando y como terminaría su infierno?, sabían los habitantes del medievo cuanto tardaría en erradicarse la “Peste”?, ¿Sabían los secuestrados, los refugiados, los marinos, los exploradores, cuanto duraría su trance?, la respuesta es NO, podían aventurar un cálculo, una hipótesis, un deseo mas bien de la fecha pero no, no lo sabían, como en las enciclopedias a los personajes, la fecha de inicio y terminación solo se le pone cuando ya es pasado.
Con estos antecedentes nos podemos hacer la pregunta ¿Cuánto durará la crisis?, ¿Cuándo hablaremos de esto en pasado?, ¿Qué consecuencias tendrá?, no lo sabemos, nadie lo sabe, ni políticos, ni economistas, ni la famosa “infalibilidad” del Papa puede ayudarnos, sería fácil afrontarla si supiéramos su fecha de caducidad, pero no lo sabemos, en esta ocasión, como en otras muchas, la realidad supera a la ficción y lo que hace unos años a todos nos parecía improbable ahora se nos presenta angustiosamente real.
Así pues tendremos que vivir en la incertidumbre por un tiempo, escuchar con ansiedad las noticias que nos vayan filtrando y esperar al día en que podamos redactar ese capítulo y podamos nombrar a los culpables desde la lejanía que da el tiempo. Hasta entonces solo nos queda aquello intangible y efímero como la esperanza.
Lo que no podía pensar es que en pocos años nuevamente sería actor (mejor un extra) en un nuevo e importante capítulo de la historia, LA GRAN CRISIS FINANCIERA, no me gusta el papel que me ha tocado en el reparto, el de aterrorizado espectador, pero es el mas abundante (casi 4.500 millones de actores).
Vivir tantos momentos históricos te hace pensar… ¿Cuánto dura la historia?.
Cuando hablamos de un hecho sucedido, de un conflicto, solemos hacerlo desde el futuro del mismo, ya ha ocurrido, así pues sabemos cuando empezó y cuando terminó, como transcurrieron las cosas y las repercusiones que tuvieron sobre la historia posterior, pero debemos recordar que nadie (no creo en las pitonisas ni en los adivinos) sabía este dato en ese momento.
¿Sabía los implicados en la II Guerra Mundial cuando acabaría?, ¿Sabían los Judíos de los campos de concentración cuando y como terminaría su infierno?, sabían los habitantes del medievo cuanto tardaría en erradicarse la “Peste”?, ¿Sabían los secuestrados, los refugiados, los marinos, los exploradores, cuanto duraría su trance?, la respuesta es NO, podían aventurar un cálculo, una hipótesis, un deseo mas bien de la fecha pero no, no lo sabían, como en las enciclopedias a los personajes, la fecha de inicio y terminación solo se le pone cuando ya es pasado.
Con estos antecedentes nos podemos hacer la pregunta ¿Cuánto durará la crisis?, ¿Cuándo hablaremos de esto en pasado?, ¿Qué consecuencias tendrá?, no lo sabemos, nadie lo sabe, ni políticos, ni economistas, ni la famosa “infalibilidad” del Papa puede ayudarnos, sería fácil afrontarla si supiéramos su fecha de caducidad, pero no lo sabemos, en esta ocasión, como en otras muchas, la realidad supera a la ficción y lo que hace unos años a todos nos parecía improbable ahora se nos presenta angustiosamente real.
Así pues tendremos que vivir en la incertidumbre por un tiempo, escuchar con ansiedad las noticias que nos vayan filtrando y esperar al día en que podamos redactar ese capítulo y podamos nombrar a los culpables desde la lejanía que da el tiempo. Hasta entonces solo nos queda aquello intangible y efímero como la esperanza.
Estudios relativamente recientes publicados por la OMS advierten que la enfermedad del futuro será la depresión. Ya en los últimos años se ha convertido en la enfermedad con mayor impacto social, sobre todo en los países ricos (y lo seguirá siendo hasta por lo menos el 2030).
ResponderEliminarParecía una exageración, pero ese último “hecho histórico” le está dando un empujoncito importante a la sociedad, precipitando que acaben verdaderas dichas predicciones! Realmente, ¿qué valor tendrá aumentar la esperanza de vida en todo el mundo (como está previsto), si alcanzamos los límites máximos de estrés, angustia e incertidumbre y acabamos tristes o con desorden mental? ¿Porque tengo la impresión que cuanto más progresamos… peores consecuencias tienen los “capítulos históricos” en la humanidad…?