Tercer día:
Por fin ayer apareció un tímido sol y las temperaturas pasaron de invernales a primaverales, al menos para mí. Pero si, el escaso sol reforzó los colores proporcionó sombras y todo ganó en volumen y belleza, y casi creí escuchar entre las nubes el famoso punteo de guitarra de la canción de los beatles (Here comes the sun), que por cierto empezaron aquí en el nublado Hamburgo su carrera…¡¡¡Ahora me explico la canción!!!!.
A estas alturas de mi expedición a Hamburgo sé que, como tenía pensado, no voy a poder volcar cada día lo que visto o me ha sucedido en el blog. Es mucha información, muchos detalles que no tengo tiempo de escribir y, si lo tuviera, nadie tendría tiempo de leer, ahora entiendo por qué algún familiar tiene un blog aparte.
Ayer lo dedicamos a ver la parte más comercial de Hamburgo, la calle Mönckebergstrasse es un Centro Comercial en sí mismo, cada edificio, cada puerta alberga un comercio de todo lo que podamos imaginar, enormes como el EUROPA PASSAGE o el SHOPING PASSAGE, algo más pequeños pero con más encanto como el LEVANTEHAUS, o enormes y dedicados como el SATURN (cinco enormes plantas de informática) o el KARSTAD SPORT (otras tantas dedicadas al deporte)…. En fin la locura.
Únase a esto el bullicio de las calle repletas de rubio/as con ojos azules que helado en mano deambulan de acera en acera. Inolvidable la librería THALIA en el Europa Passage con su “zona de lectores” mirando al lago desde las alturas.
Por la noche todo cambió, fuimos a un concierto de Big Daddy Wilson en el Duckstein Festival, original el lugar, buena la cerveza, frío (puede que sea educación) el personal. Esperaba más aplausos y gritos durante el concierto, pero hay que entender que todos llevábamos una cerveza en la mano que nos impedía el gesto.
Para hoy tenemos pensado aplicar eso de: “Las bicicletas son para el verano”, y sobre el tema de la bicicleta también he aprendido mucho. Ya escribiré algo. Saludos a todos desde Hamburgo.
Okawango.
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