una vez vuelvo a tener internet y a vivir conectado, cuelgo un nuevo relato. En esta ocasión he intentado escribir algo completamente distinto a lo anterior, algo que provoque sentimientos distintos al de la belleza el amor y el desamor, así que ahí lo lleváis es un poco largo, pero no admite recorte.
Capítulo 1 – El problema.
A ver, no hay tal problema, pero me crea inseguridad, además es algo que quiero comprobar antes de que pase. Estoy ilusionado con la idea de las vacaciones. Pero me preocupan las noches, son muchos años durmiendo solo y ahora de nuevo….uff no sé, no sé, pero que porras, estoy decidido. No tengo dudas que los días serán fantásticos para Ina, yo haré que así sean, serán unas vacaciones inolvidables. al menos mientras no se ponga el sol… Dios mío parece ridículo que mi edad cuando rozo los 55 años me asalten estas dudas de jovencito quinceañero, ¡pues no parece que soy un vampiro! Pero la duda existe…¿Ronco o No ronco !?.
A lo mejor alguien piensa que es una tontería, pero soy lo que se dice un “solterón”, nunca he estado en la cama con una mujer, quiero decir durmiendo toda la noche, y si lo estuve fue con mujeres que cobraban por no quejarse.
Ahora, de repente aparece Ina en mi vida, la he conocido en una reunión de vecinos, desde hace unos meses vive en el mismo bloque que yo, un día en una reunión acalorada por las filtraciones en los pisos superiores ella llegó tarde, se acercó a mi y me preguntó si habían tratado el tema de los ruidos por la noche.
A la salida nos presentamos y hablamos sobre la reunión, dos días mas tarde seguía con su imagen en mi mente y cuando me crucé con ella le pregunté, a bocajarro, si tomaría un café conmigo.
Ahora, dos meses más tarde puedo decir que tenemos una relación, una fantástica relación que me ha rejuvenecido y estimulado hasta niveles desconocidos para mi, Ina es inteligente, divertida, espontánea y muy culta. Coincidimos mucho en los gustos y para ella los casi diez años que nací antes no le importan. Habla poco de su pasado, aunque me ha confesado que existió un hombre al que quiso con locura y que la abandonó por otra, conociéndola me parece increíble, porque a su carácter y personalidad hay que sumar su físico, menuda y morena, sus ropas holgadas no pueden tapar ese cuerpo joven y casi voluptuoso.
Pero hace dos semanas me planteó conocer Ibiza, tiene unos amigos allí y le han ofrecido una habitación para que estemos al menos quince días, por Internet nos pasaron fotos de la casa y la habitación que nos ceden es una preciosidad de estilo Ibicenco, con muebles rústicos, paredes blancas, cortinas y sabanas en tonos tierra.
Pero a medida que se aproxima la fecha esa foto se convierte en una amenaza, la voz de mi hermano Julián la ultima vez que compartimos habitación en Zafra para el entierro de un pariente gritándome para que despertara y dejara de “tragarme las cortinas” con los ronquidos me aterra. Dios mío, ella me odiará desde la primera noche. Siempre he sido muy inseguro, de hecho sigo soltero…. Pero ahora esto se ha convertido en una enfermedad.
Capítulo 2. La Idea
“Mientras no sepas que tienes un problema no debes intentar solucionarlo, pueden ser energías mal gastadas, pero seguro que serán sufrimientos innecesarios”, algo así leí en un libro de autoayuda que me dejó Jóse Patiño en el estudio, y creo que tiene razón así pues pienso averiguar si por la noche me convierto en mr. Hyde y de mi boca salen los gruñidos de Belcebú o, después de mi importante pérdida de peso de los últimos años, mis sueños son relajados como los de un bebé.
¿Pero como lo compruebo?....pues grabándolo, si, pondré una grabadora, bueno no exactamente, pondré el móvil. Esta mañana, sin que nadie lo supiera probé en la oficina el funcionamiento de la grabadora de sonidos de mi móvil de última generación, (un ladrillo), para comprobar si se escuchan bien lo sonidos, y lo que es mas importante, si los 32 GB de memoria admitirán estar grabando toda la noche. La prueba no ha podido ser mas satisfactoria, en la relativa tranquilidad del estudio quedaron grabados casi todos los sonidos, el movimiento de los papeles de mi mesa, el chirriar de la silla de Mariela la secretaria cada vez que iba a la fotocopiadora, el estruendo de la puerta de entrada y por supuesto, todas las conversaciones, cercanas y lejanas. Cuando escuché la grabación me sentí como un espía orgulloso de su “zapatófono”.
Capítulo 3. Día 11 de Junio, primera prueba.
Esta noche realicé la primera grabación, ha sido un verdadero fracaso, al parecer el móvil tiene un sistema por el cual si no estás activándolo constantemente se apaga, bueno no exacta mente, a la media hora deja de grabar. En el trabajo no pasó esto porque a pesar de no saberlo constantemente lo tocaba para ver cuanto espacio ocupaba en la memoria. Así pues solo grabó algo mas de 40 minutos, lo suficiente para que me quedara dormido, pero insuficiente para llegar a esa fase de sueño tan profunda en la que, supongo, pueden aparecer los ronquidos.
Buscando en Internet, creo que he encontrado la solución a los apagones de la grabadora del móvil, esto de los “foros” es fantástico, si sabes poner las palabras concretas, puedes encontrar lo que te propongas, puse “foro Nokia N97 autobloqueo grabadora” y zas, 244 entradas que responden a estos criterios, espulgas un poco lo encontrado y un tal “zoocotoro” (vaya nick) me ha dado la solución, esta noche lo probaré.
Capítulo 4. Día 13 de Junio. Segunda grabación.
¡Estupendo!, esta mañana cuando me levanté aún estaba grabando, el tamaño del archivo generado es bestial, y la batería aguantó…Pero aún no puedo escucharlo, tengo que ir al trabajo y cuando vuelva, mientras me preparo la comida lo escucharé, espero que solo el sonido de las sábanas al moverme haya quedado grabado.
Capítulo 5. Día 14 de Junio. La audición.
No se, algo pasa, no sé si decir que estoy confuso o asustado, como planee, cuando llegué del trabajo, fui ha comprar algunas cosas y luego, mientras cocinaba puse la grabación. Al principio todo está en silencio varios minutos en silencio, tal vez algún movimiento de piernas y las sábanas … después a eso de los 40 minutos, empieza mi repertorio de ronquidos, me sentí fatal, suaves al principio, van creciendo en intensidad y tiempo hasta ser evidente su escándalo. Pero de repente, callan los ruidos, algo se escucha de fondo, pero no lo percibo bien así que decido conectarlo al ordenador y escucharlo a través de los altavoces.
Me he quedado helado, cuando “rebobino” un poco para escuchar de nuevo mi concierto mas fuerte y en el momento que estos cesan se escucha una voz casi susurrante que grita “!cállate¡”, ha sido muy claro, alguien me ha mandado callar… Dios mío, vivo solo, rebobino de nuevo,…. “!CÁLLATE¡”, los vellos de mis brazos se han erizado instantáneamente al escucharlo de nuevo, no hay duda, no es ningún ruido, es una voz humana, yo diría que femenina, casi angustiosa. Me siento sudoroso en la silla aun con el cuchillo de pelar patatas en la mano…, desde donde estoy sentado consigo ver al final del pasillo la mesita de noche de mi cuarto en penumbra. Estoy aterrado.
Capítulo 6. Día 15 Junio. El miedo.
Debo confesarlo, estoy aterrorizado, ayer, cuando se hizo de noche, todo pareció empeorar, mi mente de hombre maduro y lógico me empujaba a no pensar en tonterías en las que nunca creí, el otro yo que desconocía, huye de las habitaciones apagadas, pone la TV fuerte para ahuyentar el ter ror, pero este no se va cuando llega la hora de irse a la cama, los fantasmas de mi niñez se apoderan de mi mente, esquivamente miro hacia los rincones, detrás de las cortinas y no soy capaz de agacharme para mirar debajo de la cama. Intento aparentar que nada pasa, pero me doy cuenta que actúo como si alguien me estuviera observando desde detrás del espejo o desde el oscuro umbral de la puerta de la cocina. Me siento como ese personaje de las películas de terror que vive ajeno a que alguien le acecha. En un momento determinado, me armo de valor, apago la luz y me meto debajo de las sábanas, hace calor, sudo de calor y nerviosismo, la sábana me tapa hasta la punta de la nariz, entorno los ojos para que parezcan dormidos pero intento atisbar en la oscuridad, nada solo miedo, un terror me recorre cada vez que mi mente recuerda aquél "!Cállate!" que escuché en la grabación. No sé cuando me quedé dormido, lo cierto es que el sonido del despertador me dio un susto de muerte, nunca me había pasado, me encuentro muy cansado, creo que apenas me moví durante la noche y mi pijama corto y mi cuerpo están empapados en sudor. La luz de la mañana me ayuda a levantarme y dirigirme al cuarto de baño, allí enciendo la pequeña radio para escuchar las noticias y parte de mis temores se escapan, pienso que soy muy infantil y casi me río de la situación.
Capítulo 7. 16 de Junio. Los sueños
Empiezo a estar afectado mentalmente, yo que nunca sueño he tenido uno esta noche. Ha sido terrible: “Suena el teléfono de mi mesa (de color rojo) en el trabajo, contesto la llamada y se escucha la maldita voz “!Cállate¡”, aterrorizado suelto el auricular que cae sobre la mesa con gran estruendo, en su caída tropieza con la taza de café frío que siempre hay en mi mesa y esta se derrama sobre el teclado y los papeles, llega al filo de la mesa y cae sobre mis muslos y mi entrepierna quemándome a pesar que estaba frío, me levanto empujando la silla hacia atrás y separo mis pantalones de mi piel para evitar el dolor, cuando levanto la mirada veo que todos mis compañeros de trabajo ríen a carcajadas desde sus puestos de trabajo, parecen hacerlo a cámara lenta, cuando miro hacia la mampara tras la que está la oficina del Ingeniero Jefe veo que este solo sonríe desnudo mientras fuma un cigarro, detrás de él, sobre una mesa de papeles duerme Ina desnuda después de hacer el amor, al menos eso entiendo”.
Cuando despierto estoy aterrorizado mi cuerpo se ha refugiado en el rincón de la cama con la pared, casi encima de la almohada y noto la desagradable humedad y el olor a azufre propio de la orina, me he orinado encima.
Sin ser capaz de encender la luz, lloro espasmódicamente mientras aprieto mis rodillas contra el pecho, presiento que algo está en la habitación y no quiero atisbar en la relativa oscuridad que permite el alumbrado de la calle.
Capítulo 8.- 20 de Junio. Certeza.
Cuando uno piensa que el miedo ha llegado a su máximo, la “realidad” te demuestra lo contrario. Hoy llegué tarde al trabajo, la noche ha sido terrible, mientras dormía algo hizo que me despertara, al principio no supe que era aquello, pero luego lo noté, con un terror fuera de todo límite noté que algo o alguien estaba sentado a los pies de la cama, mis piernas chocaban con ese “bulto” pesado que permanecía estático, hay momentos en los que no vale imaginarse nada porque todo está terroríficamente claro, el ser que me gritó en la grabación estaba sentado a los pies de mi cama, yo debajo de las mantas tiritaba de terror, inmóvil, congelado por el pavor, mi cabeza casi oculta tras las sábanas, mis ojos cerrados y húmedos incapaces de buscar en la oscuridad, solo mi pecho convulsionaba bajo los empujes de un llanto apenas audible pero terrorífico que recorría todo mi cuerpo desde mis piernas encogidas hasta la punta erizada de mi pelo. Entre sollozos lloré mas que supliqué un débil “déjame, por favor”. Tras unos segundos el ser se levanto muy despacio, haciendo volver el colchón a su posición inicial. Me cayo e intento escuchar aún con los ojos cerrados y apretados en la oscuridad, nada.
Capítulo 9.- 22 de Junio. Atrapado.
A pesar de la certeza de no estar “solo” en mi vivienda, me siento esperanzado con la idea de que aquella cosa me haya dejado para siempre, ayer por ejemplo, no ocurrió nada, pero hoy la cosa ha sido muy diferente.
Nunca se la hora, pero bien entrada la madrugada, algo me despierta, me duelen los tobillos, estoy durmiendo de lado y algo, mejor dicho alguien se ha sentado sobre mis pies, es un peso semejante al de una persona, me tiene inmovilizada las piernas. El terror se apodera de nuevo de mi, incapaz de realizar movimiento alguno, quiero que aquella cosa se vaya pero no hago nada para incitarlo a que me deje. Pasados unos minutos el dolor de ambos tobillos se vuelve insoportable me vuelve la desesperación me muevo un poco pero nada, no me deja, entonces un ataque de ira se apodera de mi y digo en tono bajo pero enérgico, “!Márchate ya¡.
Al instante el peso desaparece, continúo con los ojos cerrados, algo mas aliviado.
Capítulo 8. – 24 de Junio. Abandono.
Desde hace unos días mi hábitos de vida han cambiado, no duermo en mi habitación, lo hago en el salón con las luces encendidas, sigo tapándome hasta la nariz, en parte por el pánico, en parte por el frío, estamos en Junio pero las noches son muy frías, al menos para mi.
A pesar de las reformas en mis hábitos no consigo quitarme de encima el miedo, es un miedo interior que me acompaña a cualquier sitio y que en momentos se intensifica para trasladarme al mundo del terror.
Procuro estar poco tiempo en casa, tanto es así que me he vuelto mal vestido y poco aliñando, apenas me afeito, me hace falta un corte de pelo y las ojeras son de libro Guinness. Ina, a la que veo poco, me lo ha hecho entender que algo no va bien, nuestra relación no funciona. Creo que inconscientemente la culpabilizo de lo que me pasa.
Capítulo 9.- 30 de Junio. Desconfianza
Hoy me llamó el Ingeniero Jefe a su despacho, cuando vi como cerraba la puerta tras de mi, comprendí que algo pasaba, luego empezó a hablarme del stress del cansancio y de cuidado personal, de pronto cambió de tono y me pregunto “que me pasaba” directamente.
- ¿A que se refiere Javier?- Pregunté sorprendido.
- ¿se ha mirado usted al espejo?, ¿ha visto su aliño indumentario’, perdone que se lo diga ¿Cuánto hace que no se lava, y se cambia de ropa?, compréndame, parece que algo le está afectando y sus compañeros y yo mismo nos hemos dado cuenta.
Miro hacia la sala, algunos de mis compañeros que miraban la escena desde sus mesas vuelven bruscamente la mirada hacia el ordenador.
- Mire, hace tiempo que no se toma unos días de descanso, vaya a algún sitio donde puedan ayudarle, relájese y dentro de una semana vuelva.
Dolido por la situación, recojo cuatro cosas de mis cajones entre el silencio de mis compañeros y me dirijo hacia la puerta.
Capítulo 10.- 2 de julio. El viaje.
Podría ser esta la solución, ahora que no tengo trabajo, alquilo una habitación en una casa rural y me marcho a la sierra, espero que salir de aquella casa, el aire limpio y la naturaleza me permitan pensar con tranquilidad.
Cuando llego a la casa rural, me enseñan la habitación, es una gran casa con no menos de 10 habitaciones adaptadas a este tipo de turismo, paredes de roca, muebles rústicos y fuertes, cortinas verdes.
Paseo por el campo y procuro cansarme, sé que el sueño, si llega por fin me vendrá bien.
Capítulo 11 - 3 de Julio. Los clientes.
Además del personal que regenta la casa y yo, existen otros clientes que pasan vacaciones aquí. Una pareja de jubilados amables y delicados, Un grupo de cuatro amigos ruidosos y alegres y un matrimonio con dos pequeños que me miran con cara de asombro. Compartimos el salón, los jardines y el comedor donde almorzamos y cenamos en una sola mesa enorme y fuerte. Esta proximidad provoca el conocimiento y la complicidad. Me gusta sentirme acompañado.
Capítulo 12 - 5 de Julio. Quejas.
Matías, el hombre que regenta la casa rural, ha hablado conmigo, al parecer alguno de los clientes le ha transmitido quejas sobre los ruidos que hay en mi habitación por las noches, al principio no los creo, ya que en estas tres noches, apenas nada ha ocurrido en mi cuarto, me levanto acalorado y sudoroso y la ropa de cama parece haber sufrido la invasión de los Gremlins, pero no recuerdo nada de la noche y me siento mas sereno. Matías me explica que a veces hay golpes y forcejeos, y que incluso escuchan gritos desde mi aposento. Al principio me río de ellos, tal vez para disimular, pero empiezo a sospechar que no todo son dulces sueños.
Capítulo 13 - 6 de Julio. El desayuno.
Esta mañana el ambiente en el desayuno estaba muy tenso, a medida que han ido llegando los demás, yo fui el primero, fui observando miradas de recelo, asombro y desagrado. Luego la mujer del matrimonio joven, levantó la voz mirando hacia su marido y me increpó sobre los ruidos. Me habló de peleas, sollozos, llantos y golpes. Y de que dejarían el "hotel" si esta situación no cambiaba. Matías intentó terciar pero los otros clientes se le echaron encima, apenas entiendo nada, pero la relación se vuelve tensa.
Capítulo 14 – 7 de Julio. La serpiente.
La noche ha sido horrible, me siento terriblemente cansado. Quién podía esperar que en una casa rural de una sierra Española, apareciera ese monstruo. He hablado aparte con Matías para no escandalizar al resto de los clientes, pero este no parece haberle dado importancia, creí que cuando le diera las quejas por la enorme serpiente que existe en los, supongo, bajos de la casa, se escandalizaría e intentaría, con mi ayuda acabar con ella. Se limitó a mirar al vacío, pensativo, luego volvió a fijar su mirada en la mía, y dijo “Vale”, para continuar con el plato que llevaba a la mesa del desayuno. He llegado a pensar que sabía de la existencia de aquel reptil y que no le molestaba, lo cierto es que anoche, cuando llevaba un rato durmiendo, noté como desde el hueco e la ventana se deslizaba algo resbaladizo junto a mi almohada, y tras meterse por debajo de las sábanas me rozaba las piernas y los pies, pensé en saltar de la cama hacia la puerta, pero la oscuridad no me permitía saber en que lugar exacto se encontraba y preferí quedarme quieto con los ojos muy abiertos. Cuando estos se acostumbraron a la oscuridad fui capaz de distinguir sus ojos brillantes acercándose hacia mi, me armé de valor y la atrapé por el cuello, aunque nunca supe donde acaba el cuello e una serpiente, había leído que una serpiente con la cabeza boca abajo era incapaz de orientarse y eso intenté. La lucha fue muy dura, ese animal tiene una fuerza descomunal y en momentos su lengua olisqueaba cerca de mi cara y en otros se alejaba, el dolor en mis antebrazos los hacía perder fuerza y cuando tuve oportunidad la solté y salí de la habitación. Cuando cerré la puerta detrás de mi corazón sprintaba y mi respiración convulsionaba, al final del pasillo, quieto estaba el mayor de los niños del matrimonio. No dije nada permanecimos quietos un instante, luego me alejé hacia el salón donde me acurruqué en un sofá y me dormí.
Capítulo 15.- 11 de Julio. Ahogamiento
No me di cuenta de las marcas de mi cuello, hasta que, tras el desayuno, me miré al espejo. Todos en la mesa las vieron, pero desde hace días nadie habla en mi presencia de nada, incluso los niños parecen haberme aislado y todos engullen los alimentos y se abrasan con el café, para acabar antes y levantarse de la mesa. Pero las marcas son la lógica consecuencia de mis luchas nocturnas. Cada noche, a pesar de que antes de acostarme reviso cada rincón de la habitación, viene a visitarme mi “amiga” la serpiente verde con manchas marrones, incluso con la luz encendida la veo salir de entre la cama y la ventana para acabar enrollándose en mi cuello. Casi me asfixia pero al final cede, me suelta y se va, yo me levanto jadeante y salgo al pasillo buscando tranquilidad.
Capítulo 16.- 13 de Julio.- Hasta la muerte.
He tomado una decisión, solo como estoy, incomprendido y marginado incluso por Matías, he pensado que es “o la serpiente o yo”, así que he tomado de la cocina un enorme cuchillo y lo he guardado bajo las mantas, esta noche, acabaré con el problema.
14 de Julio.- Declaración de Matías:
“El señor Trujillo llevaba 10 días hospedado en mi casa, al principio parecía un hombre tranquilo, algo desconfiado y pensativo. Pero con el paso de los días su situación empezó a cambiar, escuchábamos ruidos desde su cuarto cada noche, ruidos, golpes, gritos. Se convirtió en un cliente molesto, y cada día su cara reflejaba mas y mas su malestar mental, incluso un día me comentó aparte la existencia de una enorme serpiente pitón verde con manchas marrones que le atacaba, imagínese, estamos en la sierra madrileña, estuve a punto de reírme en su cara, pero temí su reacción así que apenas le hice caso.
Esta mañana durante el desayuno notamos su ausencia e incluso comentamos la noche tan tranquila que habíamos pasado, apenas nada se había escuchado durante la misma.
A medio día empecé a preocuparme y abrí con la llave de repuesto…y encontré lo que encontré.”
NOTA POLICIAL:
En la mañana de hoy, fuimos alertados por D. Matías Sanchez Prieto, regente de la casa rural “Las Acacias”, para que nos personáramos con urgencia. Al llegar al lugar de los hechos la habitación 4 de dicho establecimiento, hayamos a huésped que luego identificamos como D. Luis Trujillo Izquierdo muerto en su habitación. La escena del suceso se encontraba en gran desorden, con gran parte de las ropas de cama, e incluso algún pequeño mueble en el suelo, el citado se hallaba ahorcado con la gruesa cortina verde con manchas marrones enroscada en su cuello su cuerpo, casi permanecía de pié, apenas apoyado en parte de la ventana, por encima de su cabeza, entre esta y la barra de la cortina, existía un cuchillo de grandes dimensiones que atravesaba la citada cortina. No había señales de heridas ni de sangre. El suceso pasa a manos de la Brigada judicial de homicidios.
Saludos Okawango
Okawango...he leido hasta el final y de una tirada el relato de intrigga y de novela negra....,
ResponderEliminarUn final triste, pues quitarse la vida siempre me pareció un acto extraño, fruto de un extraordinario sufrimiento o de una locura como parece que es el caso de tu protagonista, que está transtornado....
Tal vez un pobre hombre, timido y encerrado en si mismo, sea más fragil para llegar a ese final...Por ello es importante trabajar la autoestima y marcarse objetivos...y tirar "palante"siempre...
Cierto que no tiene nada que ver con relatos anteriores...Mantiene intriga en saber el desenlace.
Me alegro que tengas de nuevo conexión con Internet.
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