Lito Vitale , músico instrumental, incluye en su trabajo “Viento Sur” un poema a modo de prólogo de María Elena Walsh, la voz propia de la poetisa consigue infundirnos un ánimo apropiado para un disco hermoso que hace volar la imaginación.
El poema parece recrear mediante imágenes el estado de entonces (segunda mitad de los 80) de una sociedad, la Argentina, machacada por la injusticia sufrida, la pobreza de un país rico por genética y la gris sensación de sufrimiento, me quedo con dos frases para que nos las apliquemos: “No hay túnel que dure cien años” y “estación claridad, vamos llegando”.
Es importante escucharlo porque la mezcla de la voz de la poetisa con la música de fondo es fantástica.
VIENTO SUR
No hay túnel que dure cien años, mi vida.
Mirá cómo se arruga la tiniebla,
la procesión de pálidas se desbarranca,
los funcionarios inauguran ruinas.
Y vos y yo fundamos aires buenos.
Dónde estará la plata de mi río,
sólo barro y olitas de minué.
En los camalotes cantan las sirenas,
pero Ulises camionero no las oye,
sólo escucha la radio.
Llueve liquen en los decrépitos televisores,
buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
Transmiten en cadena las cadenas.
El cemento se cansa de ser cobija de la pampa.
Por los baches asoma la luz mala,
resucitan cardos y maíces,
abran paso a las luciérnagas curiosas que verán.
Viento Sur, olor a transparencia,
silbo de la calandria,
madrecita cantora del primer rayo de la aurora.
La sopa de los pobres llega al centro,
y su vapor al reino de los cielos.
Ventolina que barre tormentas,
lavadero del alma, nos deja serenitos,
reciclando la pena en vasto amor.
Silbo de la calandria y vidalita de esperanza.
Darle cuerda al amanecer,
empujar un poco al sol,
al buen día meterlo en casa.
Silba la calandria y nos sorprende en vela,
amuchados, con ganas de seguir.
Estación claridad, vamos llegando.
María Elena Walsh, Viento sur
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